Las condiciones del océano jugaron un papel importante en la intensificación del huracán Michael (2018)

En un estudio reciente publicado en el Journal of Geophysical Research - Oceans de la AGU, los científicos del AOML identificaron características oceánicas clave que apoyaron la rápida intensificación del huracán Michael (2018), a pesar de las condiciones atmosféricas desfavorables para su desarrollo. El estudio demuestra la importancia de utilizar condiciones oceánicas realistas para los modelos de huracanes acoplados (océano-atmósfera) con el fin de lograr los pronósticos de intensidad de huracanes más precisos. 

El huracán Michael se formó el 7 de octubre de 2018 en el noroeste del Mar Caribe y se desplazó rápidamente hacia el norte a través del Golfo de México (GdM), tocando tierra en el panhandle de Florida como huracán de categoría 5 solo 3 días después. El huracán Michael fue el ciclón tropical más intenso de la temporada de huracanes del Atlántico de 2018, y fue el primer huracán de categoría 5 que golpeó el territorio continental de Estados Unidos desde el huracán Andrew en 1992. Los vientos huracanados, la marejada ciclónica y las lluvias de Michael provocaron la muerte de 74 personas y causaron ∼25.000 millones de dólares en daños en la región. 

Al principio de su desarrollo, el huracán Michael estuvo expuesto a la cizalladura vertical del viento en el Mar Caribe y en el sudeste del Golfo de México, que normalmente impide la formación de huracanes o limita su intensificación. A pesar de este entorno desfavorable, Michael pasó la mayor parte de su trayectoria antes de tocar tierra experimentando varias etapas de rápida intensificación, lo que indica que el océano desempeñó un papel importante en el mantenimiento de la fuerza de Michael. 

Gracias a las observaciones oceánicas, los científicos pudieron caracterizar los rasgos oceánicos clave que encontró Michael a lo largo de su trayectoria, conocidos por favorecer la intensificación de los huracanes: altas temperaturas de la superficie del mar y alto contenido de calor en la corriente de bucle (la principal corriente que fluye por el Golfo de México) y los remolinos asociados, y en la pluma del río Misisipi (que se ve a continuación).

Esta imagen en color real muestra el agua marrón turbia del Mississippi mezclándose con el agua azul oscuro del Golfo dos días después de una tormenta. Crédito de la imagen: MODIS de la NASA

Dos planeadores de huracanes se posicionaron idealmente en el noreste del Golfo de México y uno de ellos observó las aguas salobres dentro de la pluma del río Mississippi. El intenso gradiente de densidad entre las aguas fluviales más frescas de la capa superficial y las aguas oceánicas más saladas de la capa inferior inhibió la mezcla de estas dos masas de agua. Como resultado, las aguas de la capa superficial permanecieron calientes, incluso bajo condiciones de viento huracanado, manteniendo altas temperaturas en la superficie del mar y proporcionando condiciones favorables para la intensificación del huracán. 

Los experimentos numéricos demostraron que la integración de las observaciones por satélite e in situ en el modelo oceánico condujo a una previsión más realista del modelo de huracanes acoplado (véase la figura). En particular, permitió reducir en un 56% el error en la previsión de la intensidad del viento antes de que Michael tocara tierra. 

Intensidad (velocidad máxima del viento, en kts) del huracán Michael como se observa y como se pronostica a partir de tres simulaciones de huracanes acopladas que comienzan el 6 de octubre de 2018, a las 1800 UTC (observaciones: gris, sin asimilación de datos oceánicos: azul oscuro, océano climatológico: cian, todas las observaciones oceánicas asimiladas: rojo). La línea negra punteada a la izquierda de la intensidad del viento indica la pendiente de intensificación rápida del ciclón tropical (30 kts en 24 h). Las correspondientes trayectorias de huracán observadas y simuladas se muestran en el inserto de la esquina superior izquierda. De Le Hénaff et al. (2021).

Los científicos descubrieron que los datos de la temperatura de la superficie del mar y los perfiles verticales asimilados en el modelo oceánico fueron los principales contribuyentes a la reducción del error de intensidad en el modelo acoplado. Las previsiones acopladas de huracanes y océanos mostraron que las condiciones de la parte superior del océano, especialmente las altas temperaturas de la superficie del mar en el noreste del Golfo, fueron esenciales para la intensificación de Michael. 

Este estudio revela cómo la consecución de unas condiciones oceánicas realistas requiere la asimilación combinada de observaciones de campo y remotas. Además, muestra la importancia de las observaciones oceánicas(Gliders, XBTs, flotadores Argo y flotadores ALAMO) para mejorar los análisis en tiempo real de las condiciones oceánicas y, por tanto, para mejorar los modelos operativos que orientan a los pronosticadores de huracanes, permitiéndoles advertir mejor al público.

Referencia:

Le Hénaff, M., Domingues, R., Halliwell, G., Zhang, J. A., Kim, H. S., Aristizabal, M., ... & Goni, G. (2021). El papel de las condiciones oceánicas del Golfo de México en la intensificación del huracán Michael (2018). Journal of Geophysical Research: Oceans, e2020JC016969.