Desafiando al ojo de la tormenta
La parte más peligrosa del huracán es la pared ocular cerca del océano. Es donde la tormenta extrae la energía del calor del agua, lo que influye en la fuerza y la rapidez con que se desarrollará la tormenta. Las observaciones directas y continuas de la parte inferior del globo ocular ayudarían a los meteorólogos a comprender información crítica sobre el desarrollo de la tormenta. Los "Cazadores de huracanes" P-3 de la NOAA vuelan rutinariamente a través de los párpados de los huracanes para recoger datos sobre las tormentas, pero evitan volar cerca del océano porque las condiciones son demasiado peligrosas.