Condiciones oceanográficas en el Golfo de México en julio de 2010, durante el derrame de petróleo de Deepwater Horizon

por Ryan Smith, Libby Johns, Gustavo Goni, Joaquin Trinanes, Rick Lumpkin, Michelle Wood, Chris Kelble, Shailer Cummings, John Lamkin y Sarah Privoznik

Los resultados de la investigación en colaboración realizada por el AOML y el Centro de Ciencias Pesqueras del Sudeste de la NOAA en respuesta al derrame de petróleo de 2010 de Deepwater Horizon, se publicaron recientemente en Continental Shelf Research (diciembre de 2013). Los oceanógrafos del PhOD R. Smith, E. Johns, G. Goni, J. Trinanes y R. Lumpkin, en colaboración con otros investigadores del AOML (M. Wood, C. Kelble y S. Cummings) y el SEFSC (J. Lamkin y S. Privoznik) informan sobre la conectividad de la superficie y el subsuelo a través del Golfo oriental de México (GOM) durante julio de 2010.

Mientras el petróleo seguía fluyendo del pozo de Macondo tras la explosión de la plataforma Deepwater Horizon (DWH) el 20 de abril de 2010, las trayectorias de los vagabundos, las observaciones de los satélites y las simulaciones numéricas indicaron un potencial de conectividad directa entre el norte del Golfo de México (GOM) y los Estrechos de Florida a través del sistema de Corriente de Bucle (LC). Esta trayectoria podría tener partículas potencialmente arrastradas, incluidos contaminantes del norte del GOM relacionados con el derrame de petróleo, transportándolas directamente hacia los ecosistemas costeros del sur de Florida y el norte de Cuba. Para evaluar esta conectividad, y para evaluar los posibles impactos del petróleo en las pesquerías del GOM de importancia económica, los científicos del AOML y del SEFSC realizaron una encuesta interdisciplinaria en todo el este del GOM durante julio de 2010 a bordo del buque Nancy Foster de la NOAA.

Los datos hidrográficos recopilados proporcionaron importante información in situ sobre las corrientes superficiales y subsuperficiales y las propiedades del agua asociadas con el LC, el gran anillo anticiclónico de corrientes de lazo (LCR) conocido como "Eddy Franklin" (EF), numerosos remolinos ciclónicos y las aguas costeras circundantes del GOM. Las variaciones en las relaciones de temperatura potencial subsuperficial (θ) y salinidad (S) registradas durante 73 lances de conductividad, temperatura, profundidad (CTD) se utilizaron para evaluar el nivel de conectividad física en toda la región de estudio y para determinar el grado de mezcla y entrelazado entre las principales características de la circulación. θ-S se evaluaron agrupaciones de firmas en combinación con corrientes superficiales geotróficas derivadas de la altimetría por satélite y campos de velocidad de corriente in situ obtenidos de perfiladores de corriente Doppler acústicos montados en el casco y en la parte inferior (ADCP, 0-2000 metros). Cuando la distribución espacial de las agrupaciones de firmas θ-S se combina con los vectores de corriente derivados de ADCP, se hace evidente la ubicación de los diversos tipos de firmas en relación con la velocidad de superficie asociada a cada característica de circulación.

Los análisis del proyecto confirmaron que para julio de 2010 un gran LCR se había separado de la LC principal por un remolino ciclónico que provocó la pérdida de un mecanismo de transporte directo desde el GOM septentrional hasta el Estrecho de Florida, dejando sólo vías indirectas disponibles para los posibles contaminantes. Además, con la excepción de cuatro estaciones hidrográficas ocupadas en un radio de 84 km de la boca del pozo, no se encontraron pruebas de petróleo durante el estudio en la superficie o en la columna de agua. Estos resultados corroboraron el análisis de las observaciones de altimetría por satélite de la circulación superficial del GOM y verificaron los pronósticos oficiales de cobertura de la superficie de petróleo en los lugares en que se cruzaron con la pista del estudio. Este crucero tomó muestras de los remolinos LC, LCR y frontales hasta una profundidad de 2.000 m, y los resultados sugirieron que todo el petróleo arrastrado por las características de la circulación en los meses anteriores o bien había sido meteorizado, o bien consumido por bacterias, o bien se había dispersado hasta niveles indetectables, o sólo estaba presente en zonas no encuestadas.

Las mediciones del subsuelo reunidas representan uno de los pocos conjuntos de datos recogidos en las características dominantes de la circulación a mesoescala del GOM en un momento en que existía una gran preocupación por la posible propagación a largo plazo de los contaminantes relacionados con el DWH. Las observaciones directas como éstas son fundamentales para la evaluación de la trayectoria de las partículas y los modelos de circulación utilizados durante el derrame, y para la mejora de los futuros productos de previsión numérica.

R.H. Smith, E.M. Johns, G.J. Goni, J. Trinanes, R. Lumpkin, A.M. Wood, C.R. Kelble, S.R. Cummings, J.T. Lamkin, S. Privoznik, Oceanographic conditions in the Gulf of Mexico in July 2010, during the Deepwater Horizon oil spill, Continental Shelf Research, Disponible en línea el 28 de diciembre de 2013, ISSN 0278-4343, http://dx.doi.org/10.1016/j.csr.2013.12.009.