La NOAA apoya las misiones de huracanes HS3 Global Hawk de la NASA

Global Hawk en vuelo
El Global Hawk de la NASA parte para su misión desde la instalación de vuelo Wallops de la NASA, cerca de Chincoteague, Va. (Crédito de la foto: NASA)
 

Los científicos de la NOAA especializados en huracanes están ampliando sus observaciones este verano, trabajando con la misión del Centinela de Huracanes y Tormentas Severas (HS3) de la NASA y sus innovadores vehículos aéreos no tripulados Global Hawk para ampliar los límites de las operaciones de huracanes. La NASA recurrió a los expertos en huracanes de la NOAA para aumentar su equipo científico del HS3, apoyando su misión de cinco años para investigar los procesos que subyacen a la formación de huracanes y los cambios de intensidad en la cuenca del Océano Atlántico.

La División de Investigación de Huracanes del AOML tiene una larga historia de uso de los aviones P-3 Orions de la NOAA y del avión cazador de huracanes a chorro G-IV para observar el núcleo interno y el entorno de estas tormentas, estudiando la dinámica de los cambios de estructura e intensidad. Los P-3 suelen volar a través del ojo de los huracanes para recoger observaciones, donde se despliegan pequeños instrumentos de paracaídas llamados "dropsondes" para recoger datos de temperatura y presión y medir la velocidad del viento. El AOML fue pionero en el uso de estos instrumentos en los huracanes y son expertos mundiales en el necesario procesamiento de datos y en la transferencia de datos en tiempo real a los centros de modelado operacional y al Centro Nacional de Huracanes de la NOAA.

 

La NASA trabajó con el Laboratorio de Investigación del Sistema Terrestre de la NOAA y sus socios de ingeniería en el Centro Nacional de Investigación Atmosférica para rediseñar e implementar como sistema autónomo de sondeo por gotas para la plataforma Global Hawks. Los investigadores de huracanes del AOML procesan los datos obtenidos del sistema de sondeo por gotas y con 26 horas de tiempo de vuelo por misión, lo que puede significar hasta 89 gotas por vuelo.

 

Cada vuelo del HS3 tiene una duración media tres veces mayor que la de un vuelo tradicional de un cazador de huracanes, lo que permite a la aeronave volar más lejos y mucho más alto que la ruta de vuelo de los P-3 de la NOAA. Esta ruta de vuelo ampliada permite a los Global Hawks tomar directamente muestras de regiones del Atlántico que normalmente sólo se observan a través de satélites. Un tipo de característica a gran escala que es de particular interés son las tormentas de polvo saharianas.

 

Estas tormentas de polvo traen una enorme capa de aire muy seco sobre el Océano Atlántico, conocida como la Capa de Aire Sahariano, o SAL. Los científicos creen que esta inyección de aire extremadamente seco en el lugar de nacimiento de los huracanes del Atlántico inhibe el desarrollo de la tormenta. La SAL ha estado presente en el Atlántico oriental desde julio y continúa interactuando con las incipientes olas tropicales que se desplazan desde África.

 

Este verano los científicos de la NOAA y la NASA coordinarán los vuelos del Global Hawk junto con los aviones cazadores de huracanes de la NOAA para observar la convección que impulsa la intensificación dentro del núcleo de los huracanes, así como el entorno más amplio que puede influir en la trayectoria así como en la intensidad.