Los científicos del AOML están colaborando con socios de la Instituto del Golfo Norte de la Universidad de Mississippi, y el Instituto Cooperativo de Estudios Marinos y Atmosféricos de la Universidad de Miami para hacer frente al aumento de los niveles de nutrientes en toda la Bahía de Biscayne. A estudio previo detectó la eutrofización lenta pero constante y advirtió de un cambio de régimen hacia aguas dominadas por algas turbias si no se aplicaban mejores prácticas de gestión de la calidad del agua.
Nuestros científicos están usando Muestreadores dobles automatizados de sub-superficie (SAS)La tecnología que se ha desarrollado en la propia empresa por los científicos del AOML, para recoger muestras para los análisis de la calidad del agua de la vía fluvial de Coral Gables, que constituye una importante fuente de agua dulce en la bahía de Biscayne. Cada muestreador está equipado con dos bombas y una pequeña computadora que permite a los científicos programarlos para la toma de muestras a distancia. Actualmente, el SAS está desplegado en siete lugares a lo largo de la vía fluvial, con el objetivo de implementar los muestreadores en un total de 14 sitios objetivo. Las mediciones realizadas con los muestreadores se utilizarán para calibrar un modelo informático que identificará cómo y cuándo las aguas ricas en nutrientes están entrando en la bahía.
Este estudio se lleva a cabo como parte de la Proyecto de Hábitat de la Bahía de Biscayne que pretende aprender más sobre cómo el aumento de los nutrientes que entran en la bahía están afectando al ecosistema. La Bahía de Biscayne proporciona un importante hábitat en el sur de la Florida, pero se ha degradado en el último decenio debido a la proliferación de algas nocivas que provocan la muerte masiva de pastos marinos y cambios en la calidad general del agua.
"Si podemos entender de dónde provienen los nutrientes iniciales, entonces podremos planificar mejor para mitigar y, con suerte, eliminar las fuentes de contaminación por escorrentía que contribuyen al empeoramiento de la calidad del agua en la Bahía de Vizcaya", Charline Quenée, ecologista del CIMAS que participa en el esfuerzo de campo.