El rastreo satelital provee pistas sobre los 'años perdidos' de la Caguama del Atlántico Sur

El comportamiento y el movimiento de las tortugas marinas durante sus primeros años en el mar, conocidos como los "años perdidos", sigue siendo en gran parte un misterio. Investigadores de NOAA-AOML, NOAA Fisheries, Universidad de Florida Central, y el Proyecto TAMAR colaboraron recientemente en un estudio para explorar los mecanismos de dispersión en las tortugas bobas brasileñas, para llenar algunos de estos importantes huecos en la historia de la vida temprana. Un estudio anterior realizado en el Golfo de México desacreditó la creencia histórica de que las tortugas marinas jóvenes dependen únicamente de las corrientes portadoras como mecanismo pasivo de dispersión. Este último estudio descubre nuevos conductores detrás de los viajes de las tortugas marinas jóvenes, sugiriendo que puede haber más de una implicación ecológica detrás de su comportamiento de lo que se pensaba anteriormente.

"Este comportamiento puede permitir a las tortugas brasileñas propagar el riesgo para su descendencia entre dos cuencas oceánicas en gran parte independientes, fomentando una población más resistente" explica el coautor Nathan Putman de la NOAA-AOML.

La tortuga caguama
Una joven caguama es liberada en la costa de Bahía, Brasil. Cada vez que la tortuga sale a la superficie, la marca satelital es capaz de transmitir la ubicación de las tortugas. Crédito de la imagen: Proyecto TAMAR.

En el Brasil, la temporada de anidación de la caguama se produce de septiembre a marzo. Durante el período de surgimiento de las crías, entre noviembre y mayo, la dirección e intensidad de las corrientes oceánicas frente a la costa del Brasil cambia de sur a norte a medida que avanza la temporada de eclosión.

Utilizando marcas de rastreo satelital que pesan menos del 5% del peso corporal de las tortugas jóvenes, los científicos liberaron y rastrearon 19 caguamas jóvenes durante más de 120 días frente a la costa de Bahía, Brasil. Liberaron las tortugas en tres etapas: al principio de la temporada de eclosión, cuando las corrientes predominantes están hacia el sur; a mediados de la temporada, cuando las corrientes comienzan a desplazarse; y al final de la temporada, cuando las corrientes de mar adentro fluyen hacia el norte. Con cada liberación de tortugas, los científicos también desplegaron vagabundos oceanográficos pasivos al mismo tiempo y en el mismo lugar que los controles en las pruebas de comportamiento de natación de las tortugas activo frente a pasivo.

De las siete tortugas liberadas durante el inicio de la temporada de eclosión, cinco viajaron al sur, siguiendo la corriente predominante. Las cinco tortugas liberadas en la mitad de la temporada se desplazaron inicialmente hacia el sur, y tres se redirigieron al norte a mediados de mayo. Las siete tortugas liberadas al final de la temporada de eclosión viajaron rápidamente hacia el norte, y una llegó hasta Barbados. Todas las tortugas, excepto una, permanecieron en el mar durante el estudio, mientras que el 93% de los vagabundos pasivos desplegados a lo largo del estudio viajaron hacia el oeste y llegaron a tierra en el plazo de un mes, lo que sugiere que las corrientes predominantes no son tan responsables de la dispersión de las tortugas como se ha supuesto históricamente. En su lugar, se requiere cierto nivel de orientación y natación activa para mantenerlas en la costa y en el mar.

Tortuga marina joven con el satélite
Los científicos colocan marcas satelitales alimentadas por energía solar en el caparazón de las tortugas jóvenes en el laboratorio. Crédito de la imagen: NOAA

Las dinámicas corrientes oceánicas frente a la costa de Bahía que se desplazan durante la temporada de eclosión desempeñan un papel importante en la distribución de las caguamas del Atlántico Sur, posiblemente amortiguando la población contra los cambios ambientales o incluso las amenazas antropogénicas en diferentes regiones. Las hembras de la caguama que anidan en Bahía ponen un promedio de cuatro nidos por temporada, lo que hace probable que sus crías se dispersen tanto al norte como al sur, dependiendo de la época del año en que hayan eclosionado. Los autores se refieren a esto como "no poner todos sus huevos en una cesta hemisférica".

Entender la dispersión y el comportamiento de una especie a lo largo de su ciclo de vida es crítico para la conservación de la especie. Aunque quedan muchas preguntas por responder en relación con la historia de la vida temprana de las tortugas marinas, este estudio añade peso a las conclusiones anteriores sobre la dispersión activa, demostrando que las tortugas jóvenes son capaces de cruzar las cuencas oceánicas durante sus "años perdidos". La autora principal, Katherine Mansfield, explica que "a medida que rastreamos más tortugas jóvenes en diferentes cuencas oceánicas bajo diferentes condiciones oceanográficas, estamos encontrando que las suposiciones e hipótesis de larga data sobre el comportamiento de las tortugas marinas durante los 'años perdidos' son demasiado limitadas - una hipótesis no puede explicarlo todo".

Publicado originalmente en diciembre de 2017 por Sierra Sarkis