El 8 de marzo de 2014, el vuelo MH370 de Malaysian Airlines de Kuala Lumpur, la capital de Malasia, a Beijing, China, desapareció con 239 personas a bordo. Las circunstancias que rodearon la desaparición del avión llevaron a varias hipótesis para explicar el evento y sugerir la ubicación del lugar donde el avión entró en el agua.
Las comunicaciones por satélite entre el vuelo MH370 y la red de comunicaciones por satélite de Inmarsat se utilizaron inicialmente para proporcionar información sobre la región aproximada en la que la aeronave podría haber entrado en el agua. El último ping del vuelo MH370 a la red de satélites de Inmarsat delineó una parte del arco en el Océano Índico sudoriental donde se han realizado actividades de búsqueda hasta la fecha (sin resultados).
Un acontecimiento importante ocurrió a finales de julio de 2015 cuando se descubrió un flaperon de ala a lo largo de la costa de la Isla Reunión en el Océano Índico occidental. Más tarde se confirmó que el flaperon era del vuelo MH370. El descubrimiento de este trozo de escombros representó la primera evidencia sólida de que la aeronave podría haberse estrellado en el Océano Índico. Otros restos relacionados con la aeronave desaparecida también se han encontrado desde entonces en el Océano Índico occidental.
En un artículo publicado en el Journal of Operational Oceanography, un equipo de científicos de la División de Oceanografía Física de la AOML, la Universidad de Santiago de Compostela (España), la Universidad de Miami, la Universidad de Hawai y la Organización de Investigación Científica e Industrial del Commonwealth (CSIRO) de Australia analizaron posibles vías para vincular la ubicación de los desechos encontrados en el sudoeste del Océano Índico con posibles lugares de accidente, probablemente en el Océano Índico oriental.
En este estudio, el equipo de investigación utilizó los restos de la aeronave que llegaron a la costa a lo largo de la Isla de la Reunión como medio para identificar los posibles lugares donde el vuelo MH370 podría haberse estrellado en el océano. Para ello, se basaron en dos conjuntos de datos principales utilizados habitualmente para investigar la fuerza y la variabilidad de las corrientes oceánicas de superficie.
El primer conjunto de datos fue de observaciones de boyas a la deriva de superficie rastreadas por satélite del Global Drifter Array de la NOAA, un componente del sistema de observación mundial in situ de los océanos que se basa en boyas a la deriva de superficie con un ancla marina (una baba) centrada a 15 m de profundidad.
En el caso del Océano Índico, las observaciones de las corrientes de superficie comenzaron en 1985 y, en promedio, en cualquier momento dado, aproximadamente 400 personas a la deriva proporcionan datos de las corrientes de superficie de manera continua en esta región. Sin embargo, para los fines de este estudio sólo se utilizaron vagabundos que perdieron su drogue (vagabundos no vestidos), ya que simularon mejor las características y el comportamiento de los desechos reales.
El segundo conjunto de datos críticos utilizado en el estudio fue el modelo de corrientes oceánicas de diagnóstico de la Universidad de Hawai (SCUD), que incorpora datos hidrográficos, de altimetría por satélite y de vientos. En este modelo se desplegaron miles de derivadores de partículas sintéticas para analizar las corrientes oceánicas, lo que fue particularmente importante dada la limitada cobertura espacial y temporal de los derivadores de superficie no cubiertos.
El equipo de investigación utilizó ambos conjuntos de datos para rastrear las diversas piezas de escombros de aviones hacia atrás en el tiempo. Esto les permitió identificar las áreas con mayor y menor probabilidad de ser el lugar del accidente. De forma similar, un estudio de las trayectorias de las boyas hacia adelante en el tiempo reveló cómo los vagabundos reales y sintéticos se alejaron de la zona de búsqueda oficial, lo que proporcionó información importante sobre la distribución espacial y temporal de los posibles escombros.
Los vagabundos individuales con trayectorias que viajaron cerca de la Isla Reunión revelaron que la zona oficial de búsqueda en el sudeste del Océano Índico se encuentra dentro de un área de alta probabilidad como el lugar del accidente. Un análisis de los lugares en que se encontraron restos de aeronaves, y un análisis de las corrientes de superficie derivadas de la salida de modelos numéricos y de los campos de viento, también indican que una gran extensión en el sudeste del Océano Índico al sur de los 30ºS y a lo largo de la costa oriental de Australia es potencialmente el lugar más probable del accidente del vuelo MH370.
Los descubrimientos de escombros relacionados con el vuelo MH370 de Malaysian Airlines que han llegado a la costa de Mozambique, Sudáfrica, Mauricio y Tanzanía concuerdan con los resultados presentados en el estudio y confirman la deriva general hacia el oeste y el tiempo de viaje de los escombros desde la zona de búsqueda. Los resultados de este estudio también incluyen el desarrollo y la aplicación de una nueva metodología que puede utilizarse para evaluar la fuente de los desechos marinos, tanto con fines de investigación como operacionales.